domingo, diciembre 18, 2011

Cohecho Impropio

Una de las cosas que me han venido llamando la atención sobre el juicio por cohecho impropio que se está llevando a cabo en Valencia contra Francisco Camps y Ricardo Costa es el desprecio con el que se ha venido hablando de este tipo delictivo. Por las declaraciones que se han ido sucediendo de algunos políticos, periodistas y, en general, por una parte de la opinión pública, parece como si ese comportamiento no tuviera la más mínima importancia.

No voy a entrar en si Ricardo Costa o Francisco Camps son culpables o no de las acusaciones a las que tienen que hacer frente en el juzgado durante estos días. Para eso ya está el jurado. Pero independientemente de cual sea el resultado final, este tema me está dejando cierto regusto a decepción por la oportunidad perdida de haber abierto un debate sobre uno de los peores males que hemos venido padeciendo en la vida pública de este país desde tiempos inmemoriales.

Ese mal tiene un nombre: Caciquismo. Sí, es cierto que estamos hablando en este caso de un caciquismo "suave" pero lo cierto es que este cáncer de la vida pública se ha visto como algo normal cuando en realidad es una aberración que convierte derechos públicos en graciosas concesiones por parte del funcionario público o del señorito de turno. En realidad esto no es más que otra forma de corrupción, sin duda, al menos para mí, una de las peores.

Supongo que habrá quien piense que este es un hábito anacrónico que hoy en día tiene poca presencia en la vida de este país. Si es así, está equivocado. Se sigue produciendo y supongo que más de un lector habrá sido testigo de manera más o menos directa de "regalos" hechos a funcionarios públicos o a personas con influencia dentro de la administración en "consideración" a su cargo.  Regalos que son más bien actos de vasallaje para conseguir algún tipo de beneficio, sea éste legítimo o no.

Esta manera de clientelismo convierte al servidor público en señor y dueño de algo que no le pertenece, que son los recursos públicos que tiene que administrar. Además transforma al ciudadano en un vasallo que tiene que humillarse para, bien obtener aquello que en derecho le corresponde, bien conseguir tener una oportunidad de que se le conceda algún beneficio al que no tendría posibilidad de acceder por que, con la ley en la mano, no cumple con los requisitos para tenerlo.

Esta forma de caciquismo ha convertido a poderosos en más poderosos y a los débiles en más débiles. Ha sido una de las causas que han ensanchando las diferencias sociales en esta país desde antiguo de manera alarmante e injusta. Una lacra contra la que habría que luchar con todas las fuerzas exigiendo un comportamiento impecable a todos los servidores públicos, sean estos cargos electos o funcionarios de carrera. Por eso el cohecho impropio es un comportamiento tan grave independientemente del valor del obsequio del que se esté hablando.

Todos debemos ser conscientes de que cualquier acto de la administración viene de la ley, que es igual para todos, no de la voluntad y la amistad con la persona que tiene que la responsabilidad de autorizar dicha actuación. Eso es lo verdaderamente importante y lo que se tenía que haber puesto encima de la mesa y no un debate absurdo sobre si el señor Camps (inocente hasta que un tribunal diga lo contrario), era tan estúpido como para dejarse comprar de manera tan fácil.

jueves, diciembre 08, 2011

Culpables, por supuesto

Estamos en pleno puente de la Constitución-Inmaculada y ya tenemos la eterna discusión sobre si el país se puede permitir, con la que está cayendo, estar a medio gas durante una semana. Con todo, esto no es lo peor que he tenido que escuchar o leer esta semana: Ayer aparecía esta noticia sobre la carta que envió el Banco Central Europeo al Gobierno de España este verano, y en la que el primero ponía, negro sobre blanco, algunas de las medidas que consideraba necesarias para continuar comprando deuda española y evitar que nos fuéramos al garete.

Una vez más estamos ante la misma historia. El problema de la economía española son sus trabajadores. Parece como si hubiéramos sido los inventores de las hipotecas sub-prime o que además hubiéramos provocado la caída de Lehman Brothers. Porque sí, es cierto, España tiene un déficit público importante, pero no es menos cierto que mientras la economía no se torció había superávit, así que no se puede decir que fuera el presupuesto público el que provocó el desastre.

Lo que si va a ser verdad, me temo, es que a pesar de todo lo que podamos decir, los culpables vamos a ser los de siempre, que cobramos mucho, que además nos cogemos vacaciones y que encima de todo aspiramos a tener una pensión cuando lleguemos, si es que llegamos, a los 67 años (suponiendo que no tengamos que retrasar aún más la edad, claro). Porque esa es otra, la culpa del déficit está en que el estado gasta mucho, pero desde luego no está en que quizás algunos, sobre todo los que no viven de una nómina, pagan muy pocos impuestos.

Pero bueno, ya se sabe, los causantes de todo esto no han sido los bancos y los mercados, tan des-regulados y eficientes ellos, que por lo que se ve no son solo omnipotentes, cuando de quitar y poner gobiernos en Europa se trata, sino que además son omniscientes y, por supuesto, tienen la receta mágica para salir de la actual situación económica. Curiosamente podían habérsela aplicado a ellos primero antes de liar la que han liado.

domingo, diciembre 04, 2011

Trasvases: El problema que nunca se soluciona

Vivir a, más o menos, 400 metros del río Tajo da a uno un punto de vista diferente sobre noticias como ésta o como esta otra aunque se sea Murciano.

Hace mucho tiempo que parece que la política en Murcia sólo gira en torno a la "Traición de Zapatero", ese pecado original cometido cuando, de manera increíblemente torpe, derogó el trasvase desde el río Ebro. Una acción grabada a fuego en el alma de todos los regantes de la cuenca del Segura y que le convierte en el presidente del gobierno peor valorado en el sureste español.

Afirmo que fue increíblemente torpe porque, independientemente de si esa obra era o no en aquel momento viable, su cancelación fue una de las primeras medidas que tomó el nuevo gobierno y sin aprobar al mismo tiempo una alternativa que fuera percibida como seria por parte de los que esperaban los caudales de agua prometidos. Más aún, se vio más como consecuencia de la necesidad de establecer una mayoría de gobierno con los nacionalistas catalanes, (que se oponían frontalmente), y no como consecuencia de que el gobierno pensara que había alternativas mejores.

Acabar con el trasvase así implicó que en el sureste español se tuviera la sensación de ser moneda de cambio. El sentimiento de que se menospreció por parte de José Luis Rodríguez Zapatero a esa zona del levante español continúa en la memoria de muchos murcianos, alicantinos y almerienses.

Sin embargo la ceguera provocada por esta situación creo que ha llevado a que en Murcia se haya terminado por olvidar un hecho muy importante: Es cierto que esta infraestructura fue derogada por un gobierno, pero también lo es que esta acción recibió el apoyo de mucha gente de fuera de la ribera del Segura que se oponía a ella. No era sólo una cuestión entre políticos, había también un rechazo social importante en las tierras por las que fluye el Ebro.

Lo mismo sucede en Castilla-La Mancha o en Madrid. Viviendo donde vivo es fácil escuchar el malestar que existe con respecto al trasvase Tajo-Segura. Nuevamente, no es una cuestión de discursos pronunciados por políticos, es algo que se puede escuchar en cualquier conversación entre vecinos. La gente percibe este canal como un obstáculo a su desarrollo y, en general, como un perjuicio que no le aporta ningún tipo de beneficio.

Todavía recuerdo cuando se demandó al Partido Socialista de la Región de Murcia que en el "asunto del Ebro" rompiera la disciplina de partido para defender los intereses de su comunidad autónoma. Sin embargo, todavía hay murcianos que piensan que el Partido Popular no debe tener esa actitud y por tanto, independientemente de que ahora también gobierne en Aragón y en Castilla-La Mancha, tiene que actuar al margen de los votantes de esas dos regiones y llevar el agua del Tajo y del Ebro al Segura. Parecen no darse cuenta de que le están pidiendo al Partido Popular justo lo contrario de lo que en su momento exigieron al Partido Socialista.

Llegados a este punto lo que yo pregunto es ¿Realmente alguien se da cuenta en Murcia, en Almería y en Alicante de que, mientras las opiniones públicas de las cuencas del Tajo y del Segura estén en contra de los trasvases, dará igual que sus gobernantes sean de un partido o de otro?

No se puede pedir una cosa y la contraria. Si se exige a un partido que defienda lo que piden los ciudadanos a los que aspira a representar, no se puede demandar que haga justo lo contrario en otra zona del país. Ese supuesto alineamiento entre las demandas de los votantes del Segura y las necesidades electorales del Partido Popular a nivel nacional se ha roto, así de evidente. Pensar que serían eternas fue una ingenuidad.

Si realmente los trasvases son la mejor solución, lo que se debería pedir por parte de los ciudadanos de Murcia, Alicante y Almería es que se expliquen en qué benefician los trasvases a las cuencas que ceden el agua, qué riesgos ecológicos se tienen que asumir y por qué no hay una alternativa mejor.

Si realmente los trasvases no fueran la mejor solución también se debe explicar por qué y sobre todo, convencer de que hay mejores formas de solucionar los problemas que cíclicamente provocan las sequías.

Desde luego, lo que no se puede es continuar con la actual situación en la que, dependiendo del equilibrio político, las soluciones a los problemas del agua son unas u otras. Así sí que no se arregla nada y se consigue que las tensiones entre territorios sean cada vez mayores.

jueves, noviembre 24, 2011

Caja De Ahorros del Mediterráneo

Sigo con tristeza lo que está sucediendo en la Caja de Ahorros del Mediterráneo. Curioso sentimiento, teniendo en cuenta que es un entidad financiera. ¿Sólo una entidad financiera? No, la verdad es que no. Al menos no lo ha sido durante muchos años, y hay motivos para que, al menos hasta ahora, muchos la percibiéramos de manera diferente a la de un simple banco.

Esta caja de ahorros ha venido realizando en la zona del Levante en general, y en Mula, mi pueblo, en particular, una intensa obra social de gran valor. Raro es el estudiante que en Mula no ha pisado la biblioteca que hay en su centro cultural. Raro es el vecino de mi pequeña ciudad que no ha ido a ver alguna de las exposiciones que allí se hacen periódicamente y que, en algunos casos, han servido para dar publicidad a la labor de artistas de la localidad.

Todavía recuerdo la visita al planetario portátil que la CAM instaló estando yo todavía en el colegio, o las charlas sobre historia de Mula que se han impartido allí regularmente. Cómo olvidarme de aquellas míticas conferencias que durante dos años seguidos trajeron por mi pueblo a dibujantes como Gallego y Rey, Máximo, El Roto y un largo etcétera organizadas con la ayuda de Juán Alvarez.

No sé la cantidad de libros de escritores muleños que esta caja de ahorros habrá subvencionado y/o se habrán presentado en su sala de conferencias, entre ellos uno de poemas de mi padre y otro co-escrito entre él y Juan González Castaño (este último, responsable de la obra cultural de la CAM en mi pueblo durante mucho tiempo), sobre la historia del regadío en Mula.

Todavía recuerdo como mi padre iba todos los sábados, mientras la salud se lo permitió, a una de las salas de reuniones de éste centro cultural en donde se juntaba todos los sábados con algunos de sus amigos en una tertulia literaria.

Supongo que si dedicara más tiempo podría añadir más a esta lista. Innumerables han sido las actividades de toda índole apoyadas de alguna u otra manera por la Caja de Ahorros de Mediterráneo. De hecho, durante muchos años, la CAM y Caja Murcia han sido la referencia a la hora de buscar apoyo para organizar la mayoría de los eventos que se han llevado a cabo en mi pueblo.

No, no era una entidad financiera más, era una institución que al menos yo y creo que muchos otros sentíamos como algo que formaba parte de la tierra en la que nací y me crié.

¿Y ahora qué? Me pregunto. Supongo que lo que queda de esta caja acabará siendo comprado por algún otro banco. Supongo que muy probablemente tendremos que irnos despidiendo de la labor que ha venido realizando a través de su obra social. Y me da rabia, mucha.

Me da rabia por la perdida que supone para mi pueblo. Me da rabia por la situación en la que están muchos de los empleados que no saben qué les deparará el futuro. Me da rabia porque todavía nadie, NADIE, insisto ¡¡NADIE!! ha pedido perdón por una nefasta gestión que ha llevado a la Caja de Ahorros del Mediterráneo a la situación en la que se encuentra, y cuando digo nadie estoy incluyendo a los dirigentes políticos que tuvieron la torpeza y la negligencia de utilizarla como si fuera su cortijo y pusieron en su dirección a gente que ha demostrado ser incompetente. Me da rabia porque he tenido que ver como la directiva de esta caja no ha mostrado ni la más mínima consideración hacia la institución que dirigía y lo que ésta representaba y se ha preocupado más por blindarse sus planes de pensiones que por tratar de salvar la caja. Me da rabia porque todavía nadie, NADIE, insisto ¡¡NADIE!! parece estar investigando si algunos de los miembros de la dirección de la caja se aprovecho y metió la mano o hizo una administración negligente cuando no dolosa.

En fin, supongo que tendré que aguantarme en mi rabia, como mucha gente. Lo único que me gustaría es que de verdad, los responsables de este desaguisado se den cuenta de lo que han hecho y de que paguen por este desastre y no se vayan de rositas. ¡Qué ingenuo soy! Me temo.

lunes, noviembre 21, 2011

Resultados y resaca

Después de la que posiblemente haya sido la más descafeinada campaña electoral que recuerdo, (más que las de unas europeas, que ya es decir), por fin tenemos los resultados. Aplastantes. Incontestables. Pocos comentarios se pueden hacer que ya no se hayan publicado de alguna u otra manera. Así que no voy a repetir lo que ya han dicho otros.

Los que me conozcan o hayan tenido la osadía de seguir esta bitácora saben claramente cual es mi línea de pensamiento. No tiene por tanto el futuro gobierno de España el color que a mí más me gustaría. Qué se le va a hacer. La Democracia es así, unas veces uno está con la mayoría y otras veces no.

En cualquier caso y dada la actual situación en la que nos encontramos, y aunque mi opinión sea de lo más irrelevante,  me parece importante dejar claro que le deseo el mayor de los aciertos al futuro Presidente del Gobierno. Sé que a muchos socialistas todavía les escuece el resultado. Sin embargo sería egoísta lamentarse mucho tiempo, una derrota electoral, por dura que sea (y esta lo ha sido mucho) no puede desviarnos de lo que es realmente importante: Tratar de colaborar en lo posible, sea desde el gobierno o desde la oposición, en la recuperación del país.


Hay gente que habla de política como si fuera un partido entre el Real Madrid y el F.C. Barcelona. Que piensan que al rival ni agua. Tal actitud siempre me ha parecido poco patriota, aunque esa palabra suene manida y trasnochada. Todos tenemos familiares, amigos o conocidos que lo están pasando mal o muy mal. Desear que este gobierno fracase es desear que haya más gente en esa complicada situación. Simplemente impresentable.

No quiero que se confundan mis palabras. Tampoco estoy diciendo que forzosamente tenga que estar de acuerdo con las medidas que se tomen a partir de ahora. Posiblemente no sea así, que haya muchas cosas que no me gusten o que estén en contra de mi manera de pensar. Como no podía ser de otra manera, tengo todo el derecho del mundo a expresar mis discrepancias cuando así sea, y a protestar por los cauces que la constitución establece. Que nadie dude de que llegado el momento en que lo juzgue apropiado lo haré.

Termino, posiblemente no sea ésta la entrada que más me hubiera gustado tener que escribir. Pero es lo que hay, se tiene que asumir, levantarse y continuar para conseguir que le futuro brinde mejores oportunidades a todos.

martes, noviembre 15, 2011

Cuarenta aniversario del primer circuito integrado comercial

El 15 de noviembre de 2011 se ha cumplido el 40 aniversario del lanzamiento del 4004 de Intel, considerado el primer microprocesador comercial. Que yo sepa no se ha hablado mucho de este evento, aunque probablemente se trate de uno de los hitos tecnológicos que marcaron el inicio de la actual era de la tecnologías de la información.

Para no marear mucho con descripciones técnicas sólo diré que aquél primer circuito integrado contaba con 2.300 transistores, (las piezas básicas de un chip) y la velocidad de reloj a la que se movía era de 740 KHz (740 x 1000 Hz).

El 4004 fue el inicio de una serie de nuevos modelos de lo que también se ha venido en denominar CPUs (del ingles "Central Processing Unit"). La progresión  del número de elementos que se han ido añadiendo a cada lanzamiento de un nuevo chip dio lugar a que el ingeniero y cofundador de de Intel Gordon Moore enunciara una ley que lleva su nombre:

Ley de Moore: El número de transistores que forman un microprocesador se duplica aproximadamente cada 18 meses.

Este enunciado no es realmente una ley,  es más bien la constatación de una realidad que se ha venido produciendo desde 1971. Significa que la capacidad de los microprocesadores, el elemento central de un computador, se ha duplicado cada año y medio. Por eso, cuarenta años después, las CPUs que equipan los ordenadores de sobremesa cuentan con aproximadamente 1000 millones de transistores y la velocidad de reloj a la que se manejan está entre los 3 y los 4 GHz (4 x 1000000000 Hz)

Esta progresión exponencial es la responsable de la revolución de las tecnologías de la información en la que nos encontramos inmersos. Vemos casi normal el que un ordenador se quede obsoleto prácticamente a los dos años de haberlo comprado. No nos extraña el que cosas que hace apenas 15 años parecían de película de ciencia ficción, como las videoconferencias, hoy sean una cosa cotidiana. La animación por ordenador o la fotografía digital parece que existieran desde siempre.

La predicción que hace la propia Intel es que, al menos durante la próxima década y, posiblemente, también durante la siguiente, este ritmo de crecimiento se mantendrá. Grosso modo, de ser así, un teléfono móvil, dentro de 10 años, será aproximadamente 60 veces más potente de lo que es ahora y, de continuar a ese ritmo, dentro de 20 será unas 65000 veces más poderoso que actualmente.

Todo esto puede parecer un tema puramente técnico. No lo es. De manera progresiva, hemos visto como nuestra vida se ha visto afectada por esta transformación tecnológica sin parangón con épocas pasadas. Es el crecimiento descrito por la Ley de Moore el que ha provocado el que dispongamos de una red de comunicaciones como Internet o de que se haya pasado de dos canales de televisión analógica a 40 ó 50 digitales.

El desarrollo de los microprocesadores está provocando que la secuenciación del ADN se esté convirtiendo en una prueba más y más barata de manera que en un futuro no muy lejano pueda estar accesible en los sistemas sanitarios de los países avanzados. Las modernas técnicas de imagen diagnóstica como la resonancia magnética o la ecografía, no serían posibles sin la potencia de cálculo que se ha ido añadiendo generación tras generación.

La enorme velocidad de cambios que está provocando este desarrollo hace que interfaces por voz como la del nuevo iPhone 4S estén empezando a implantarse en dispositivos que hasta hace 4 años para lo único que servían era para hacer llamada telefónicas. Y no se trata de interfaces simples, sino de programas con una compleja Inteligencia Artificial, una de las áreas que todo estudiante de Ciencias de la Computación sabe que es de las más exigentes en lo que a potencia de cálculo se refiere.

No puedo dejar de mencionar también lo importante que está siendo el desarrollo de esta tecnología en movimientos sociales como los que estamos observando últimamente. La Primavera Árabe que ha sorprendido a gobiernos de todo el mundo y a la opinión pública mundial se ha podido fraguar gracias a la capacidad de Internet para mantener en contacto a grupos de oposición distribuidos a los largo de estos países. Hoy en día una persona con un portátil o un teléfono móvil y una conexión a Internet es tan peligroso para un régimen dictatorial como lo era hace 20 años un corresponsal, un cámara y una conexión vía satélite.

Lo mismo se puede decir del movimiento 15-M. Un movimiento con un carácter tan horizontal y un tanto anárquico en su modo de organización no podría haberse extendido de la manera que lo ha hecho sin la asistencia de las tecnologías de la información.

Me dejo muchas cosas en el tintero. Lo sé. Otro día hablaré de lo que algunos expertos denominan singularidad tecnológica, un fenómeno que algunos predicen y que está asociado entre otras cosas a la Ley de Moore. Lo único que me queda por añadir es que es difícil predecir cómo será el mundo dentro de 20 años, pero lo que si es seguro es que, de seguir al ritmo actual, veremos los últimos aparatos tecnológicos (tabletas, portátiles, móviles, etc.) con los mismos ojos con los que ahora vemos, por ejemplo, el discman.

domingo, noviembre 13, 2011

Excepciones Reales

Esta semana he seguido las noticias sobre Iñaki Urdangarín y el sumario abierto en el que aparece mencionado. Antes de continuar, y para no engañar a nadie, creo que está claro cual es mi postura sobre la monarquía. Para el que no lo haya leído y quiera estar en antecedentes, mejor que comience con esta entrada.

No voy a hablar sobre el proceso judicial. No tengo la información necesaria para poder dar un opinión lo suficientemente bien formada y prefiero respetar la presunción de inocencia. Lo que me interesa es más bien la falta de igualdad en el tratamiento que reciben los miembros de la familia real simplemente por el hecho de estar emparentados con el rey.

Por ser yerno de quien es Urdangarín se libraría, si se diera el caso, de ir al juzgado a declarar delante del juez. La ley española que aplica a este caso, la Ley de Enjuiciamiento Criminal (pdf), establece lo siguiente en su artículo 412:


1. Estarán exentas también de concurrir al llamamiento del Juez, pero no de declarar, pudiendo hacerlo por escrito las demás personas de la Familia Real.

El resto de la norma obliga a todos los ciudadanos a ir personalmente ante el juez para declarar si éste nos cita. Pero en el punto que acabo de transcribir se establece una excepción para los miembros de la familia real, que pueden limitarse a hacerlo por escrito sin necesidad de pisar un juzgado.

Es cierto que esta concesión también existe para el presidente del gobierno, para los ministros y para otros altos cargos del estado, pero en esos casos se trata de tratamientos (justificados o no), ligados a puestos de responsabilidad dentro del estado y no específicamente a personas.

Este es un ejemplo más de la excepcionalidad que introduce la monarquía dentro del ordenamiento jurídico español y que desde mi punto de vista no es aceptable. La igualdad de derechos se ve afectada de manera injustificada. Y aunque esto pueda ser más o menos grave, nada que ver con la inviolabilidad del rey. La Constitución Española dice, en su artículo 56, punto 3:

3.- La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad. Sus actos estarán siempre refrendados en la forma establecida en el artículo 64, careciendo de validez sin dicho refrendo, salvo lo dispuesto en el artículo 65.2.

Una explicación de lo que significa esto aparece en el siguiente enlace a la página web del Congreso de los Diputados, en el que se puede leer lo siguiente:

  La generalidad de la doctrina utiliza, en efecto, ambos términos como sinónimos, aunque, como ha subrayado P. Biglino Campos, la inviolabilidad tiene un significado más amplio que el de la irresponsabilidad, con el que se pretende subrayar la alta dignidad que corresponde al Monarca como Jefe del Estado. Como tal, se proyecta en otras normas, de carácter penal o internacional, que atribuyen una especial protección a la persona del Rey. A lo que se añade un status especial de inmunidad en virtud del cual el Rey se sitúa por encima del debate político y al margen de los Tribunales de Justicia.
     En este sentido, ambos términos significan que no se puede perseguir criminalmente al Monarca y que, en cuanto se refiere a la responsabilidad civil, no se le puede demandar ante la jurisdicción ordinaria; no se da, en cambio, la imposibilidad de someter a juicio a la Familia Real.

Por si no ha quedado claro: Nuestra Constitución autoriza al rey a hacer lo que quiera. Si mañana decidiera coger un coche y circular a 240 km/h por las carreteras de nuestro país, poniendo en riesgo la vida de los demás conductores, lo único que podría hacer la Dirección General de Tráfico es enmarcar las fotos que los radares le pudieran tomar.

Es cierto que en otros países el Jefe del Estado también suele tener un status especial. En Francia Jaques Chirac no pudo ser juzgado por un caso de corrupción mientras fue presidente de la República Francesa. Sin embargo, si pudo serlo al acabar su mandato. Con la ley en la mano, no obstante, en España esto jamás podría suceder con Juan Carlos de Borbón o con los sucesores de éste al ser su puesto, por definición, vitalicio.

No me gustan estas excepciones basadas en la pertenencia a una familia. Me recuerdan demasiado a la Edad Media y sino fuera consciente de que son auténticas me parecerían mentira. Una razón más que me reafirma en mis convencimientos republicanos.

miércoles, noviembre 09, 2011

Fútbol

Domingo, aunque uno no quiera seguro que se acabará encontrando con alguna noticia, crónica o titular que esté relacionado con deportes, bueno, mejor dicho, con el fútbol. Lunes, peor todavía. El lunes es ese día en el que los programas de deportes, perdón, los programas de fútbol, vienen precedidos por algo sin importancia a lo que antes se le llamaba en España "Telediario".

No hay forma de escapar de esto. Al menos que te vayas a vivir a otro país claro,  en ese caso elige bien, porque como acabes en Italia, bueno... Mejor irse entonces a otro país que, por favor, no sea Brasil. El caso es que hace unos años, cuando todavía en los equipos sólo podían jugar como mucho tres extranjeros (allá por la Edad Media), yo recuerdo que me gustaba ver algún que otro partido de la liga los sábados por la tarde-noche, y hasta me apetecía que hubiera de vez en cuando algún partido de la selección.

Ahora, sin embargo, que tenemos la liga de las estrellas, que somos campeones del Mundo y de Europa y que la selección juega como quisieran jugar todas los selecciones habidas y por haber, tengo que confesar que estoy completamente saturado de deportes, perdón, de fútbol. Debe ser que no veo interés suficiente en el tema como para que me estén bombardeando por televisión, radio y prensa (incluida la de Internet) con casi media hora de información deportiva, perdón, futbolística, de lunes a domingo.

Soy, debo reconocerlo, un bicho raro. En este país lo normal es que haya que saberse de memoria la alineación de su equipo preferido, que se tenga el suyo propio en la liga fantástica del Marca, que se conozca la trayectoria de los clubes que juegan en eso que ahora los periodistas, muy pedantemente por cierto, llaman "La Champions", y que, a ser posible, también se siga la trayectoria de segunda división para tener un mayor pedigrí futbolístico.

Yo sinceramente, si para ver un partido y pasarlo bien, (que creía que era de lo que se trataba), tengo que hacer semejante esfuerzo, prefiero hacerme objetor de conciencia. Con esta actitud luego me pasa lo que me pasa: Que si trato de meter baza en una discusión sobre deportes, perdón, sobre fútbol, dado el nivel, casi casi de doctorado, que reina en esa conversaciones, quedo como un perfecto ignorante, (al fin y al cabo como lo que soy).

No quiero hacer una soflama antifutbolística, ya digo que de vez en cuando me apetece ver algún partido. Es más, tampoco tengo nada en contra, ni mucho menos, de aquellos aficionados que viven con pasión ese deporte. Lo único que digo es que me gustaría que los noticiarios fueran eso, y no programas de dep... Perdón, de fútbol, que no me tomen el pelo con un partido del siglo cada tres meses y que por favor, que no sea obligatorio ver el Madrid-Barcelona para no ser un ciudadano de segunda. Creo que no es mucho pedir ¿no?

domingo, noviembre 06, 2011

Secreto de sumario

Ya lo sé, todos los políticos son unos sinvergüenzas, están ahí para chupar del bote y ninguno se preocupa por los problemas de la gente. Vale, dicho esto, que es la opinión que casi todo el mundo suelta por su boca cuando se habla de alcaldes, concejales, diputados, presidentes y demás cargos electos, pasaré a ejercer de abogado del diablo.

Primero haré una declaración genérica: No comparto esa opinión, no he conocido ningún gremio donde todo el mundo sea bueno o todo el mundo sea malo por el mero hecho de pertenecer a él, da igual que sean fontaneros, albañiles, mecánicos, abogados, ingenieros industriales, sindicalistas o funcionarios.

Y ahora entro en el tema sobre el que me apetece escribir hoy: Hace tiempo que creo que todo el mundo debería ser tratado de la misma manera por la justicia. No sé, quizás sea un ingenuo, pero en esto de momento sigo siendo más tozudo que la propia realidad, y aunque ésta se empeñe en demostrarme lo contrario un día sí y al otro también, yo, erre que erre, empecinado en seguir pensando que las cosas tienen que ser como Dios manda (Rajoy dixit) y que cuando no lo son pues habrá que arreglarlas.

Para ir concretando, me molesta lo que ocurre con el secreto de sumario en este país. Ya sé que no es lo más grave que pasa con la justicia, pero es que esto ya es cachondeo. Resulta de lo más normal que en la prensa aparezcan revelaciones sobre investigaciones judiciales que se suponen secretas.

Cabría decir: "¡Bien por la prensa!", al fin y al cabo están haciendo su trabajo. Pero los que no lo están haciendo tan bien son las autoridades judiciales que parece que hacen dejación de sus funciones y no tratan de impedir que en los juzgados, precisamente en donde se tiene que hacer cumplir la ley, se salte a la torera una norma que se supone que trata de proteger la investigación y los derechos de los investigados.

Hace ya algunos meses vimos como Francisco Camps veía como conversaciones telefónicas privadas eran aireadas a los cuatro vientos. Ahora vemos como José Blanco se tiene que defender de unas declaraciones contenidas en un sumario a las que ni siquiera él tenía acceso. En ambos casos, independientemente de que sean culpables o no (ninguno de los dos ha sido, de momento, condenado), están o han estado en una situación de indefensión clara. A mí eso no me gusta, será porque hace tiempo que dejé de creer en los linchamientos, sea de la especie que sean, como manera de repartir justicia. Insisto, la realidad es tozuda, pero yo de momento le gano en empecinamiento.

Con todo, lo peor, es que a pesar de que filtrar un secreto es un delito, nadie va a investigar, como nadie ha investigado anteriormente en otros casos, la fuente que ha pasado a la prensa la información. No digo que los periodistas tengan que revelar sus fuentes, por suerte, en este país existe el derecho al secreto profesional. Pero a los que sí se deberían perseguir es a aquellos que se saltan sus obligaciones de evitar que el contenido de investigaciones secretas sean publicadas antes de que un juez decida que así se tiene que hacer.

Sólo una última precisión: en el fondo me da igual que los investigados sean políticos o no, me da igual la naturaleza del delito que se cometa. Lo que no me gusta es que, por muy horrible que sea el crimen cometido, alguien se crea que puede saltarse a la torera los derechos que incluso aquellos que no respetan los de los demás, tienen. Puede que no guste, pero la democracia exige ser muy escrupuloso con esto.

martes, noviembre 01, 2011

Software Libre

Tengo un portátil que compré hace siete años. La verdad es que estaba ya para el arrastre y que llegó un momento en el que me planteé tirarlo a la basura porque no parecía que diera para mucho. Como no tenía nada que perder, decidí unos meses atrás cambiarle el sistema operativo que había traído instalado de fábrica (Windows XP) por la última versión publicada de la distribución de GNU/Linux Ubuntu (en aquel momento la 10.10).

El resultado fue lo más parecido a una resurrección en un ordenador. Hace unos días, Canónical, (la empresa detrás de este sistema operativo) lanzó una nueva actualización (11.04) y decidí instalársela. El resultado ha sido muy bueno. A pesar de que el hardware del veterano portátil es muy limitado (comparado incluso con alguno de los teléfonos inteligentes que hay ahora en el mercado), lo cierto es que el rendimiento es bastante aceptable.

Para lo que yo necesito un ordenador cuando estoy echado en el sofá, que es básicamente navegar por Internet y poco más, va sobrado. Muchas de las entradas que hay en este blog las he escrito en él sin necesidad de tener que levantarme para ir hasta donde está el de sobremesa, lo cual, en momentos en los que uno se siente especialmente vago viene estupendamente.

Para los que se dedican al mundo de la informática y están acostumbrados a trabajar con distribuciones de GNU/Linux esto no es muy sorprendente. El rendimiento que suelen dar los programas desarrollados como Software Libre, es decir, con código que todo le mundo puede descargarse, modificar y/o redistribuir libremente es con frecuencia sorprendentemente mejor que el de sus contrapartidas cerradas, es decir, de pago y sin ningún tipo de acceso al código con el que han sido programados.

Sin embargo, como todo, también tiene sus desventajas. La principal, cuando se trata, por ejemplo, de GNU/Linux, sea cual sea su distribución, suele ser que hay menos cantidad de hardware que funcione adecuadamente. Esto es una pena, pero en muchos casos las empresas no se molestan en sacar el software necesario para que sus dispositivos funcionen sin problemas en sistemas operativos que no sean de la familia Windows.

Pero si os soy sincero, no es solo su calidad lo que me gusta del software libre. Lo que me parece más importante es la filosofía que hay detrás de su modelo de desarrollo. Y es que, cuando se habla de GNU/Linux y sus distribuciones (Debian, Red Hat, Ubuntu, Suse y un largo etcétera), o también de programas como el navegador Firefox, el paquete ofimático LibreOffice, por mencionar dos ejemplos, se tiene que remarcar que son fruto de un modo de trabajar que se basa en la colaboración, en muchos casos desinteresada, algo que no se da en mucha otras áreas de la ingeniería, la economía o la ciencia.

Esta peculiaridad, la de la colaboración, es la que lo convierte en un movimiento. Un movimiento al que  muchos, (especialmente empresas como Microsoft), le auguraban un corto futuro y que sin embargo, no sólo ha perdurado sino que ha conseguido éxitos como que el Sistema Operativo más utilizado en teléfonos móviles (Android), esté basado precisamente en Software Libre (usa el núcleo Linux).

Sé que puede sonar un poco utópico, pero desde siempre me ha parecido que si este modelo basado en la colaboración estuviera más extendido no sólo dentro del mundo del software, sino también en otras ramas de la ingeniería, la economía y la ciencias, el progreso que se obtendría sería mucho mayor.

martes, octubre 25, 2011

Economía, competencia y ética

Me entero por televisión de que la Comisión Nacional de la Competencia ha multado a 47 empresas por pactar precios y repartirse el mercado. La noticia se puede leer, por ejemplo, aquí y aquí.

Entiendo que la multa que se les impone (en total 47 millones) es proporcional a la cantidad de dinero que pudieron ganar mediante el acuerdo que se considera ilegal, pero lo que no entiendo muy bien es porque cuando una actuación de este tipo tiene un impacto tan importante el castigo se queda ahí.

¿Podrán estás empresas volver a presentarse a concursos públicos? De lo que leo entiendo que sí. ¿Hay alguna responsabilidad para los gestores de dichas compañías? Pues por lo que se comenta en la noticia parece que no. ¿A caso esta actuación no se podría equiparar a un fraude a la Hacienda Pública? No soy jurista, pero da la sensación que no, aunque al fin y al cabo 14 millones de euros en posibles perjuicios es una cantidad de dinero muy importante.

Nos hemos quejado bastante de la actuación de los directivos de la banca. Se ha escrito mucho sobre como con actuaciones éticamente reprobables han conseguido enriquecerse a costa de llevar a la ruina a las sociedades que gobernaban. Sin embargo, al menos en España, cuando se han encontrado casos de este tipo, los responsables han sido inhabilitados para la gestión de cualquier entidad financiera, amén de otras posibles sanciones.
No parece sin embargo que esta sea la tónica general en otros sectores, o por lo menos en el caso que comento no ha trascendido que vaya a haber consecuencias profesionales ni de otro tipo para los "pillos" que llevaron a cabo ese acuerdo. Quizás tendríamos que plantearnos una respuesta más contundente contra este tipo de actuaciones que perjudican a los ciudadanos y muy especialmente a las empresas y empresarios honrados que respetan las reglas de juego.

Es posible que la ya olvidada refundación del capitalismo tenga que empezar por sentar unas bases éticas más sólidas para evitar que el "todo vale" vuelva a llevarnos al borde del precipicio, y una de las maneras de hacerlo (aunque supongo que no la única) es endureciendo las consecuencias de saltarse las reglas.

sábado, octubre 22, 2011

Despido, Copago e Impuestos

Escucho las nuevas propuestas de la Patronal para, según ellos, crear más empleo y me enciendo. Me parecen un insulto a la inteligencia de los trabajadores. Es recurrente, parece que en este país la causa de que no se contrate es lo caro que sale despedir. Me gustaría realmente saber con qué cifras justifican esa afirmación y qué correlación han logrado establecer para estar tan seguros de que eso es así. Y es que me temo que lo único que están tratando de hacer es pescar en río revuelto.

Mención aparte merece la defensa que hacen del muy mal llamado co-pago sanitario. Esto ya es que me parece de traca y me reafirma en que se trata de proposiciones puramente ideológicas no sustentadas en ninguna realidad medible. Parece como si ahora el problema del paro fuera culpa del sistema sanitario público en lugar de la nefasta gestión bancaria (por cierto, privada) que ha sido la que ha terminado estrangulado el crédito para las empresas.

Me niego a llamarlo co-pago cuando realmente sería re-pago ¿Para qué se utilizan entonces mis impuestos? Mira que mi nómina ya es corta de por sí, pero es que después de someterla a la cura de adelgazamiento del impuesto de la renta y la Seguridad Social se queda la pobre en los mismicos huesos. Eso sin contar los impuestos indirectos: IVA, carburantes, etc.

Simple y llanamente: El co-pago sanitario no es otra cosa que un impuesto sobre la enfermedad. Que además sería más gravoso precisamente para aquellos que tienen enfermedades crónicas o para las personas mayores que suelen ser las que más achaques padecen y por tanto más uso hacen del sistema sanitario público. Como se puede ver, todo un impuesto justo y progresivo pagado por los que más tienen (espero que se capte la ironía).

Que no nos engañen, por mucho que digan por ahí, para tapar el agujero del déficit que parece que tanto preocupa en Europa hay dos alternativas:

Una pasa por que pague, como siempre, la clase media y eso se puede hacer de dos maneras o subiéndonos los impuestos, lo cual es muy fácil porque no nos podemos escaquear utilizando paraísos fiscales o artificios de ingeniería fiscal, o quitándonos prestaciones públicas, como de hecho ya se está haciendo en muchas comunidades autónomas.

La otra es haciendo que de una vez por todas se reformen los impuestos para que realmente sean los que más tienen los que más paguen y no se escapen de sus obligaciones ya sea por medio de triquiñuelas legales o directamente mediante la evasión. A mi ésta me parece la forma justa y no haciendo que seamos los de siempre los que tengamos que pagar los desaguisados de los mismos que luego claman por una reducción de derechos laborales y sociales porque no les permiten continuar ganando dinero de manera indecente.

miércoles, octubre 19, 2011

Otoño

No me gusta el otoño. No es algo de lo que me acabe de dar cuenta ahora precisamente. No me gusta desde que era un niño. Entonces era porque se acababan las vacaciones de verano y empezaba el colegio. Ahora no puedo decir que sea solamente porque vuelva al trabajo.

No me gusta ver como día tras día se reducen las horas de luz. No me gusta sentir más frío conforme avanzan las semanas. No me gusta ver como los árboles van tirando las hojas hasta quedarse pelados. En fin, no me gusta casi todo lo que lleva asociado esta estación del año.

Tengo que reconocer que me encantan los días en los que parece que el Sol no se va a poner nunca. Me encanta poder salir a la calle con una camiseta, unos pantalones cortos y unas sandalias y no enterrado en varios kilos de ropa para no coger una pulmonía. Me encanta el poder sentarme tranquilamente en la terraza de un bar o una cafetería con los amigos porque no me voy a helar en el intento.

A veces pienso que debería sentir lo mismo con respecto al invierno, pero no es así. Cuando empieza el otoño sabes que esperan seis meses de mal tiempo, seis meses de paisajes grises y días cortos. En invierno, sin embargo, los días empiezan a crecer en horas de luz. Conforme avanza el invierno se va acercando la primavera y poco a poco la naturaleza comienza a despertarse.

Alguna vez he compartido esta manera de pensar con mis familiares o amigos próximos. Como se suele decir, para gustos los colores. Muchos de ellos siempre me recuerdan lo bonito que son los paisajes rojizos, cuando los árboles mudan de color y las hojas cogen esos tonos ocres tan propios de esta época del año. Lo entiendo, pero no lo comparto. Mi experiencia me dice que esos paisajes duran apenas un par de semanas, (como mucho) y luego ¿qué? en mi opinión nada.  ¿Paisajes bucólicos? ¡Ja! Deprimentes diría yo.

En fin, supongo que me toca aguantar estos meses. Al final lo cierto es que este estado de ánimo se me pasa pronto. Todos los años siempre hay un par de días en los que el "humor" otoñal se apodera un poco de mí. Lo supero enseguida, la rutina es más poderosa y al final uno se acaba acostumbrado a la época del año que toca.

sábado, octubre 15, 2011

Tributo a Dennis Ritchie

Me he enterado de que ha muerto Dennis Ritchie. Siendo informático, muchos de mis conocidos sabrán quién es, otros, sin embargo, no tendrán ni la más remota idea de cual es la razón para que le dedique una entrada en esta bitácora.

No voy a hacer un relato de su biografía, para eso ya está la wikipedia con esta entrada. Sin embargo, si me gustaría aclarar un poco a aquellos que puedan estar leyendo ahora por primera vez algo sobre este tecnólogo, por qué se le considera, como bien dice mi amigo Diego, uno de los grandes nombres de la informática.

Dennis Ritchie fue el creador del lenguaje C, coautor del libro "El lenguaje de programación C" y también cocreador del sistema operativo Unix. Ninguno de estos logros es conocido por el público en general y por eso creo que merece la pena explicarlos:

Dejando al margen detalles técnicos, el lenguaje de programación C se utiliza ampliamente en el desarrollo de software de sistemas. De hecho su nacimiento está ligado a la creación del sistema operativo Unix. Su uso e influencia está tan extendido que hoy en día es muy difícil, por no decir imposible, encontrar un solo dispositivo que no contenga parte de su software escrito en este lenguaje de programación o en algún otro lenguaje basado en mayor o menor medida en el diseño original de C.

Cuando digo dispositivos me estoy refiriendo a un rango que va desde grandes supercomputadoras hasta pequeños sistemas empotrados (como puede ser la centralita de un coche) pasando por ordenadores de sobremesa, portátiles y teléfonos móviles.

Lenguajes de programación que en su creación se hayan visto influenciados en mayor o menor medida por C se pueden mencionar C++, Java o C#. Dentro del mundo del desarrollo de software se trata de lenguajes de primera línea cuya utilización en algunas áreas es simplemente aplastante.

Durante muchos años, el libro "El lenguaje de programación C" fue la referencia para todo el que quisiera aprenderlo así que Dennis Ritchie junto a Brian Kerninghan (coautor del libro) también contribuyó a su difusión y conocimiento dentro de la comunidad de los programadores.

Por si solo, con lo comentado hasta ahora, ya merecería un lugar destacado en la historia de las ciencias de la computación, pero es que además, fue cocreador del sistema operativo Unix. Para los que no tengan claro qué es realmente un sistema operativo, nuevamente, tomo la definición que aparece en la Wikipedia.

Unix ha sido el sistema operativo a partir del que se han diseñado, construido o directamente evolucionado otros muchos. Por poner algunos ejemplos actuales: Mac OS, el sistema operativo desarrollado para los ordenadores de Apple, y los derivados de éste, como el iOS que es el que utilizan el iPhone, el iPad y el iPod touch, han sido desarrollados con la directa influencia de Unix.

Otro ejemplo no menos importante es GNU/Linux y las versiones surgidas de éste, como Android, el sistema operativo de Google que emplean hoy en día una auténtica miríada de teléfonos móviles como los de la familia Galaxy de Samsung, muchos modelos de HTC o de Motorola por mencionar sólo algunos.

Espero que con esta pequeña y modesta explicación haya podido dar una idea de la importancia de la contribución de Dennis Ritchie al mundo de la informática.  Para resumir: Si estás leyendo esta entrada es gracias, en parte, a desarrollos que él llevo a cabo. Sólo me quedan dos cosas que decir:

La primera es que tengo la sensación de que no se ha reconocido suficientemente el trabajo de los pioneros de la informática y las ciencias de la computación, a pesar de la influencia que ha tenido y sigue teniendo su trabajo en el progreso de la humanidad. Un ejemplo sangrante es el de Alan Turing.

La segunda, Dennis Ritchie: ¡Gracias! y Descanse en Paz.

miércoles, octubre 12, 2011

CRISIS

¿A dónde queremos ir? Quiero decir ¿Qué queremos ser? ¿Cuál es el futuro que deseamos para nosotros y para nuestros compatriotas? ¿Qué sociedad queremos construir? La cuarta acepción del diccionario de la RAE para la palabra crisis es: "Momento decisivo de un negocio grave y de consecuencias importantes".

Por mucho que en su momento se empeñara Zapatero en negar la evidencia, (pecado que en el PSOE vamos a purgar durante mucho tiempo), lo cierto es que nos encontramos en la mayor de las crisis desde La Transición. ¿Crisis económica? Por desgracia, no solo. Creo que la definición del diccionario que he puesto es lo suficientemente general como para servir de introducción a mi manera de ver la actual situación.

Estamos en un momento decisivo. Principalmente porque algo tenemos que hacer frente al drama del paro en el que, por desgracia, se encuentra millones de nuestros conciudadanos. Pero también es verdad que estamos en un momento decisivo porque hemos llegado a un punto en el que realmente no sabemos qué es lo que queremos.


En una semanas empezará la campaña electoral. Se discutirá sobre si hay o no que subir los impuestos. Sobre si hay que reducir el déficit público o si el estado tiene que tratar de gastar dinero en estimular la economía. En todo ello, de manera oculta, habrá también un debate ideológico, sin duda, pero no será un debate estratégico, es decir, no será un debate sobre el modelo de sociedad al que aspiramos dentro de 30 años. Para mi, eso es preocupante y mucho. Porque es cierto que lo principal ahora es tratar de solucionar la muy preocupante situación del paro. Pero, aun sin ser economista, me extraña mucho que sólo sea posible un modelo de recuperación.
A mediados de la década de los noventa estábamos en una situación delicada, no tanto como la de ahora, pero igualmente angustiante para aquellos que estaban sin trabajo. El diseño económico que planteó el gobierno para remontar el problema fue recurrir a un modelo que se basaba en la escasa inversión en I+D, la construcción y la especulación.

Tristemente ahora estamos pagando las consecuencias de no haber cambiado esa forma de entender la economía. A pesar de eso, tampoco veo que ahora haya mucho debate sobre qué país queremos. ¿Nos gustaría una sociedad como la estadounidense? ¿Más parecida a la alemana? ¿O a la de los países escandinavos?


¿Queremos un sistema educativo público? ¿Mejor uno privado? ¿Qué modelo universitario ? Y a todo esto ¿Qué hacemos con la sanidad? ¿Nos gustaría tener una economía basada en la industria? ¿En el turismo y los servicios? ¿Qué hay de la agricultura? ¿La modernizamos? ¿La dejamos desaparecer? Para ser sincero yo lo único que veo son debates sobre si es caro o no mantener según qué servicios públicos pero no veo que nadie plantee modelos alternativos o siquiera continuistas.

Deberíamos saber qué país es al que aspiramos, porque sino nos podría pasar como al pueblo judío en el libro del Éxodo... Que estemos 40 años vagando por el desierto antes de llegar a algún sitio.

lunes, octubre 10, 2011

Sorprendido por el poderío de Apple

De entre todas las cosas que se han dicho sobre Steve Jobs, yo añadiría otra: Es como el Cid, que incluso después de muerto sigue ganando batallas. ¿Por qúe digo esto? Bueno, hoy por curiosidad me he metido dentro de la herramienta de Google que muestra estadísticas sobre cuales son los términos más consultados. Su nombre es "Google Insight".

Pues bien, si a esta herramienta se le pide que muestre los términos más buscados en los últimos siete días (téngase en cuenta que esta entrada se escribió el lunes 10 de octubre de 2011) aparecen los siguientes resultados en los cinco primeros puestos:
  1. iphone 4s
  2. steve jobs
  3. steve jobs died
  4. amanda knox
  5. apple
¡Las tres primeras están relacionadas con Apple! Pero es que entre las cinco primeras encontramos cuatro relacionadas con la empresa de la manzana. Más aún, de entre las diez primeras, ocho tienen que ver con esta compañía. La lista completa es:
  1. iphone 4s
  2. steve jobs
  3. steve jobs died
  4. amanda knox
  5. apple
  6. iphone5
  7. iphone
  8. iphone 5
  9. iphone 4
  10. sprint
Sé que en apenas una semana se ha producido la presentación de la última versión del iphone y la muerte de Steve Jobs y que eso se tiene que reflejar de alguna manera, pero tengo que reconocer que a mí me han sorprendido e impresionado estos resultados.

miércoles, octubre 05, 2011

¿Y si estamos solos?


Hace unos días leí, no recuerdo muy bien donde, que últimamente había reaparecido el debate sobre la posibilidad de que exista vida más allá de la Tierra. Por lo visto, en algunos círculos científicos se había planteado que al contrario de lo que se suele pensar, la probabilidad de que surja vida es sumamente baja y que por tanto el caso de nuestro planeta sería una excepción.

Cuando se habla de este tema, se suele mencionar la ecuación de Drake, una expresión matemática que sirve para estimar el número de civilizaciones extraterrestres que pueden existir en nuestra galaxia. No es una fórmula muy difícil de entender, (ver el enlace). El caso es que algunos de los factores que influyen en esa ecuación, como la probabilidad de que un planeta que se encuentre en la órbita adecuada, realmente acabe generando vida, se habían supuesto relativamente "altos". Sin embargo, para ser realistas, de momento no hay ninguna evidencia que apoye una estimación optimista, así que cualquier opción es posible.

Dado el colosal tamaño no ya del Universo, sino de nuestra galaxia, es lógico pensar que, por muy improbable que fuera, la vida tenía que haber surgido no sólo en la Tierra sino también en muchos otros planetas. Yo mismo, tengo que confesar, tengo instalado un programa (llamado SETI@home) del proyecto SETI para el análisis de señales captadas con radiotelescopios que puedan contener transmisiones de otras civilizaciones.

Además, si algo nos ha enseñado la ciencia, es a darnos cuenta de lo poca cosa que somos. Fueron Copérnico, Galileo, Kepler y, finalmente, Newton, quienes se empeñaron en quitarnos el privilegio de ser el centro del Universo para dárselo al Sol. Más tarde resultó que el Sol no es sino una más de entre millones de estrellas que forman nuestra galaxia. Por si todo eso fuera poco, finalmente, nuestra galaxia, a su vez, quedó relegada a ser una más de entre los millones que se sabe que existen.

Como se puede ver, la visión que se ha ido imponiendo a base de evidencia observacional, es que no somos sino un minúsculo e insignificante punto, prácticamente invisible, en la inmensidad del Cosmos. A partir de ahí no es difícil suponer que tenemos tan poco de especial que lo más normal es que existan civilizaciones como la nuestra a lo largo de la Vía Láctea. Esta visión es la que se ha impuesto en nuestra cultura y para comprobarlo no hay más que ver películas como las de la Guerra de las Galaxias o series de televisión como Star Trek en las que aparecen multitud de civilizaciones.

Pero ¿Qué pasaría si ese punto invisible fuera el único con una civilización? ¿Realmente cambiaría de nuevo la imagen que tenemos sobre nosotros mismos? ¿Qué consecuencias tendría en nuestro pensamiento filosófico? ¿Tendría interés para nosotros el continuar con la exploración espacial si supiéramos que el Universo es un lugar tan hostil hacia la vida que sólo en la Tierra ha tenido cobijo? Sé que no es una cuestión que le quite el sueño a nadie, aunque por desgracia, si que le ha costado la vida a alguno. Pero admitiendo esto, tengo que reconocer que en mi caso la idea de semejante soledad me causa cierta impresión.

NOTA: Aquí dejo enlaces a tres vídeos (dos de ellos en inglés) en donde se introduce el tema del tamaño del universo:
- Size of the Universe.
- Tamaño del Universo ¿Vida?
- The known universe. 

miércoles, septiembre 28, 2011

Inside Job

Acabo de ver "Inside Job". Hacía tiempo que quería ver este documental, pero por una razón o por otra no había tenido la oportunidad. Sinceramente, no me ha decepcionado. En él hay algunas ideas sobre las causas de la crisis económica que nos asola que no había escuchado previamente.

Por momentos he sentido indignación al escuchar las explicaciones de qué pasó y cómo se llegó a ese punto. Explicaciones dadas en algunos casos por los que ocupaban puestos de relevancia en los bancos, aseguradoras y otras instituciones que tuvieron que ser rescatadas para tratar de evitar el colapso del sistema. No obstante, es más la preocupación que siento que la indignación ahora que he terminado de ver el documental.

Preocupación, sí, cuando se ve como reputados economistas y profesores de prestigiosas universidades, no han tenido reparos en "amoldar" sus opiniones para que coincidieran con las de los que les pagaban, (muy generosamente por cierto), sin importar el rigor de lo que se decía, ni la colisión de intereses que obviamente existía.

Preocupación porque, a pesar de que todos los expertos (los que fueron honestos y los que no), han coincidido en señalar el papel culposo de las agencias calificadoras en toda esta tragedia, éstas siguen campando a sus anchas sin que se les haya puesto coto.

Preocupación por una de las conclusiones que saca el documental: Hasta la fecha no se han implementado medidas para controlar las prácticas que llevaron a algunos bancos a la bancarrota y a muchos otros al borde de ella. Por si esto no fuera suficiente, dado que muchas entidades financieras compraron o absorbieron a otras en peligro, ahora su tamaño es mayor que el que tenían antes de la crisis, por lo que el riesgo es más grave ahora que antes.

Preocupación, finalmente, porque muchas personas que ocupan cargos de responsabilidad en instituciones públicas, en realidad son antiguos directivos o asesores de entidades financieras que estuvieron a punto de ser aniquiladas por su mala gestión. No creo por tanto que cumplan con su obligación de velar por el buen funcionamiento de la economía, ni que vayan a llevar a cabo acciones dirigidas a impedir que se repita el desastre en el que vivimos.

Creo que es evidente que no se me ha quedado buen cuerpo cuando he terminado de ver el documental. He acabado con la sensación, casi certidumbre, de que todo esto se va a volver a repetir. ¿Alguien se acuerda de aquello que se dijo de refundar el capitalismo? ¿Alguien se acuerda de cuando se dijo que se iba a acabar con la desregulación de los mercados? Parece que no, que en realidad la culpa era de los estados y el déficit por el dinero que se gastan en educación y sanidad.

miércoles, septiembre 21, 2011

Campanas

Echo de menos el repique alegre de las campanas. Sé que es una tontería pero hace unos días, hablando con mi madre por teléfono, oí a través del auricular el estruendo que emiten las del Convento de la Encarnación, próximo a mi casa, y recordé que ni primero en Murcia capital, cuando tuve mi residencia allí, ni ahora en Aranjuez, donde vivo, se oyen las campanas con la intensidad que lo hacen en mi pueblo.
Para mi Septiembre es un mes un tanto triste, sin embargo la melancolía que suele acompañarle se ve mitigada en mi pueblo por el volteo de las campanas que anuncian, bien la bajada del Divino Niño desde el paraje del Balate, bien la inminencia de las fiestas patronales.
En mi memoria su repique enfurecido se ha relacionado con acontecimientos alegres, con experiencias vitales que guardo con el más hondo cariño. Asociado a su sonido está mi primer colegio, situado precisamente en el Convento de la Encarnación. Su tañer trae a mi memoria largas noches, como aquella madrugada de un 22 de Septiembre en la que un grupo de amigos subimos a la ermita del Carmen a voltear sus campanas, que en aquel momento todavía eran manuales. Es su sonido el que anuncia el nacimiento de Jesús en Navidad o el que pregona a los cuatro vientos la Resurrección de Cristo durante la Vigilia Pascual de Sábado de Gloria. Son las campanas también las que marcan el inicio de la procesión de Domingo de Resurrección en la que salgo de andero. También, como olvidarlo, repicaban en la iglesia de Santo Domigno cuando comenzó la ceremonia de mi boda.
Habiendo cinco iglesias, cuando todas ellas las voltean al unísono su sonido lo inunda todo. Es imposible no oírlas. Para bien y para mal: No ha sido la primera vez que me han despertado y, sinceramente, en ese preciso momento no me gustaron tanto.
Asociados a las campanas, aunque en un segundo plano, tengo que incluir a las tracas y cohetes. La pólvora suele ser el acompañante de éstas en muchas ocasiones. Es cierto que su ruido es seco, nada musical, pero son el contrapunto constante en la demostración de alegría y alborozo de mi pueblo.
Muchos muleños, al preguntarles qué sonido identificaría a nuestra ciudad, dirían sin la menor de las dudas que el redoble de los tambores. No es mi caso, tengo que reconocer que nunca me he definido como un gran tamborista. Si quiero mantenerme fiel al recuerdo que guardo, es el repique de las campanas el que revive en mí más claramente la imagen de Mula.

viernes, septiembre 16, 2011

Coches autoconducidos

Juan acababa de salir del muelle en el que había sido botado el último barco (un submarino) en el que había trabajado como ingeniero. "¡Menudo calor!" Pensó, y es que, a finales de Mayo, en Cartagena, el Sol puede ser implacable, así que mientras entraba en su coche no pudo más que acordarse de las dos cervezas bien frías que se había tomado durante el aperitivo ofrecido justo después de que se lanzara el submarino al agua.
"¡Viernes!" Pensó, y como forma de relajarse después de los nervios de estas últimas semanas, nervios, por otra parte normales cuando se acerca la fecha de finalización de cualquier proyecto, pensó en salir a comer fuera. Así que, mientras el coche avanzaba, llamó a su mujer: "Cariño, ¿Qué tal si salimos a comer? En media hora estoy en Mula". Con la respuesta afirmativa de su mujer enfiló la autovía que une Cartagena con Murcia.
"Media hora, para eso, entre otras cosas, se supone que vale un coche como éste, ¿no?" se dijo. Ciertamente media hora no se puede decir que fuera mucho, sobre todo teniendo en cuenta que la velocidad para la que fue pensada la autovía permitía hacer el viaje realmente en una hora y cinco minutos.
Sin detenerse mucho en eso se dispuso a leer las noticias, empezando por las regionales: "Despedidos los últimos conductores de autobús de la Empresa Municipal de Transportes." Decía el titular. Justo en aquél momento Juan recapituló: "Dos cervezas, leyendo y a 210 por la autovía, si esto lo hubiera hecho hace diez años me hubieran metido de cabeza en la cárcel".
Esbozó una amplia sonrisa y se acordó de la noticia que se había encontrado, casi de casualidad, en uno de los periódicos digitales que leía hace 15 años: "Nevada legaliza el coche que se conduce solo".  ¡Toma ya! Hubo dos cosas que en aquel momento le llamaron la atención:
La primera, obviamente, el que ya existiera la tecnología necesaria para que un coche pudiera, de forma segura, circular por una vía pública sin que hubiera una persona al volante.
La segunda, que fuera Google la empresa que estaba detrás de esta noticia. Juan recordó el proceso de división en el que se encontraba la empresa. El éxito en el que había cabalgado Google desde que lanzara su omnipresente buscador había provocado que su tamaño la hubiera convertido en un monopolio de facto en más de un sector económico, acumulando un poder inusual, algo que las autoridades de defensa de la competencia y los políticos en general no estaban dispuestos a seguir permitiendo. La consecuencia era que los tribunales se encontraban en pleno proceso de segregación de Google en múltiples compañías más pequeñas que la original.
Google había tenido competencia en el desarrollo de su coche sin conductor, pero como había pasado antes, sus impresionantes beneficios le habían permitido marcar un ritmo de desarrollo que a otros les era imposible mantener. En gran medida, parte del desbocado crecimiento de la empresa de Mountain View se había debido a esta revolucionaria tecnología que permitía a Juan estar sentado en su coche como si estuviera en un salón. De hecho, el asiento en el que se encontraba se parecía más al sillón de su casa que al de los antiguos coches conducidos "manualmente".
Otra característica que ayudaba a que el habitáculo del coche pareciera más la habitación de una casa era el parabrisas. Gracias al grafeno el parabrisas ahora podía utilizarse como una enorme pantalla. Juan todavía se acordaba de aquel vídeo que se encontró en Youtube algunas semanas después de leer la noticia del "Coche Google" en las que Microsoft mostraba algunas de las futuras aplicaciones en las que después se utilizó este material. Sin duda, una vez más, la realidad, 15 años después, volvía a superar a la ficción.
Y lo cierto es que la realidad había sido bastante cruel. A parte de la comodidad que suponía el no tener que ir pendiente del volante, la seguridad se había incrementado drásticamente. A los dos años de haberse autorizado en España la circulación de coches "autoconducidos" todavía no se había registrado ningún accidente mortal achacable a los vehículos. Esto había provocado que el gobierno implantara un calendario que incluía la prohibición de la venta de coches que no fueran conducidos automáticamente en tres años. El resultado es que los taxistas vieron peligrar su medio de vida, pero por mucho que protestaron su final estaba escrito, apenas 2 años después (siete desde la introducción de estos nuevos vehículos), este gremio había desaparecido.
Siguieron su misma suerte los camioneros. Al principio la normativa estipulaba que los camiones debían llevar al menos un "conductor" para que supervisara su funcionamiento, pero pronto se vio que esa medida era innecesaria y tras las oportunas presiones de la patronal, se autorizó a que los camiones circularan sin ningún chófer a bordo.
Finalmente les llegó también el turno a los conductores de autobús. Quitar a estos profesionales se había vuelto algo más complejo. La gente no dejaba de ser reticente a eso de montarse en un vehículo de ese tamaño sin que hubiera alguien al mando; pero cuando todo el mundo se acostumbró a ir en coches particulares sin prestarle la más mínima atención al volante, la suerte de los conductores de autobús también estuvo echada.
Incluso transportes como el tren o el avión se habían visto resentidos. La razón es que con la seguridad que daban los nuevos coches, rápidamente se vio la posibilidad de subir la velocidad máxima autorizada en carretera. Un automóvil conducido por un ordenador podía ahora alcanzar legalmente hasta 210 km/h. Además, teniendo en cuenta que el coste por kilómetro se había encogido dramáticamente gracias a la sustitución de la gasolina y el gasóleo por baterías eléctricas más ligeras y eficientes, resultaba más barato el coche que el tren o el avión para distancias medias.
Casi sin darse cuenta, Juan ya había llegado a su destino. El automóvil había parado justo delante del restaurante en el que había quedado. Antes de bajarse, de viva voz, le ordenó al coche que fuera al garaje y que aparcara allí. Abandonó el vehículo y mientras observaba como éste se encaminaba autónomamente hacia su destino, ya sin nadie en su interior, apareció su mujer. "¿Podríamos ir a Murcia después de comer?" le preguntó su esposa, "Por mi vale" respondió, total, el único esfuerzo que tendría que hacer es decirle al coche, a través de la aplicación que le habían instalado en el teléfono móvil cuando lo compró, que pasara a recogerlos al restaurante.

miércoles, septiembre 07, 2011

A vueltas con la crisis

Hoy me va salir una entrada político-económica. Sí ya sé, otra vez ¡Qué casualidad! Pero antes de pasar al tema central que me ocupa os pediría que leyerais el siguiente artículo de Escolar. Creo que es muy clarificador sobre cuales son las prioridades de algunos políticos, más preocupados de su imagen que de cosas tan intrascendentes como la educación.
He tenido la suerte de tropezarme con una explicación bastante buena sobre alguna de las causas de esta maldita crisis económica que nos azota. Podéis verla aquí, y os recomiendo vivamente su lectura. Sin duda lo que más me ha llamado la atención ha sido esta gráfica que saco del artículo que os comento:




Básicamente, lo que he podido entender de la explicación que da el autor es que, mientras que la productividad y los salarios fueron creciendo a la par hasta aproximadamente comienzos de la década de los 70, a partir de esa fecha se rompe esa relación. La productividad (la riqeza que genera cada trabajador) sigue creciendo, pero eso no se traduce en un incremento de los ingresos de los asalariados. ¿A dónde va entonces el incremento de beneficio? Pues únicamente al capital, es decir, a los empresarios e inversores.
La conclusión que saco, si no he entendido mal, es que lo que muchos economistas y muchos políticos tratan de vendernos: que es necesario incrementar la productividad para poder mejorar los salarios y las condiciones laborales, es falso, ya que el cápital se las ha ingeniado para quedarse con todos los aumentos de productividad que se producen.
Además, la actual crisis tiene en parte su origen en el hecho de que como los salarios no han crecido conforme lo ha hecho la productividad, los trabajadores hemos tenido que recurrir al préstamo para poder  consumir y tirar de industrias como el automóvil o la construcción. Es decir, que en lugar de darnos el dinero que hemos generado vía sueldo, como sería lo justo, lo hemos recibido via deuda (créditos al consumo y/o hipotecas).
En vez de pagar con nuestros ahorros nuestra casa (como curiosamente hicieron nuestros padres), hemos tenido que pagarlos con deuda (via hipoteca), porque la parte del pastel que nos correspondía como trabajadores nos la han virlado. Cuando se produce entonces una recesión, el cataclismo es mayúsculo, porque los trabajadores (ojo, entiéndase por trabajadores a las clases medias en general), no pueden devolver el dinero que les prestaron (colapso financiero) y tampoco pueden seguir comprando (hundimiento del consumo). Esto curiosamente, es lo que parece que está pasando.
Supongo que habré entendido mal muchas cosas, no soy economista y mi inteligencia es limitada, por eso insisto en que lo mejor es os leais el artículo para que os quede todo más claro. Además, en él se explican mejor detalles que ayudan a entender mejor lo que está pasando.
Finalmente, si parte del origen de la crisis es tal y como yo he deducido de lo que he leído, tengo más argumentos para no fiarme ni un pelo de las medidas que algunos pregonan a los cuatro vientos sobre contención salarial. No sé como puede alguien tratar de convencerme de que MI economía irá mejor conteniendo MI salario. Probablemente a alguien le beneficie eso, pero desde luego no al que esto escribe.