miércoles, octubre 12, 2011

CRISIS

¿A dónde queremos ir? Quiero decir ¿Qué queremos ser? ¿Cuál es el futuro que deseamos para nosotros y para nuestros compatriotas? ¿Qué sociedad queremos construir? La cuarta acepción del diccionario de la RAE para la palabra crisis es: "Momento decisivo de un negocio grave y de consecuencias importantes".

Por mucho que en su momento se empeñara Zapatero en negar la evidencia, (pecado que en el PSOE vamos a purgar durante mucho tiempo), lo cierto es que nos encontramos en la mayor de las crisis desde La Transición. ¿Crisis económica? Por desgracia, no solo. Creo que la definición del diccionario que he puesto es lo suficientemente general como para servir de introducción a mi manera de ver la actual situación.

Estamos en un momento decisivo. Principalmente porque algo tenemos que hacer frente al drama del paro en el que, por desgracia, se encuentra millones de nuestros conciudadanos. Pero también es verdad que estamos en un momento decisivo porque hemos llegado a un punto en el que realmente no sabemos qué es lo que queremos.


En una semanas empezará la campaña electoral. Se discutirá sobre si hay o no que subir los impuestos. Sobre si hay que reducir el déficit público o si el estado tiene que tratar de gastar dinero en estimular la economía. En todo ello, de manera oculta, habrá también un debate ideológico, sin duda, pero no será un debate estratégico, es decir, no será un debate sobre el modelo de sociedad al que aspiramos dentro de 30 años. Para mi, eso es preocupante y mucho. Porque es cierto que lo principal ahora es tratar de solucionar la muy preocupante situación del paro. Pero, aun sin ser economista, me extraña mucho que sólo sea posible un modelo de recuperación.
A mediados de la década de los noventa estábamos en una situación delicada, no tanto como la de ahora, pero igualmente angustiante para aquellos que estaban sin trabajo. El diseño económico que planteó el gobierno para remontar el problema fue recurrir a un modelo que se basaba en la escasa inversión en I+D, la construcción y la especulación.

Tristemente ahora estamos pagando las consecuencias de no haber cambiado esa forma de entender la economía. A pesar de eso, tampoco veo que ahora haya mucho debate sobre qué país queremos. ¿Nos gustaría una sociedad como la estadounidense? ¿Más parecida a la alemana? ¿O a la de los países escandinavos?


¿Queremos un sistema educativo público? ¿Mejor uno privado? ¿Qué modelo universitario ? Y a todo esto ¿Qué hacemos con la sanidad? ¿Nos gustaría tener una economía basada en la industria? ¿En el turismo y los servicios? ¿Qué hay de la agricultura? ¿La modernizamos? ¿La dejamos desaparecer? Para ser sincero yo lo único que veo son debates sobre si es caro o no mantener según qué servicios públicos pero no veo que nadie plantee modelos alternativos o siquiera continuistas.

Deberíamos saber qué país es al que aspiramos, porque sino nos podría pasar como al pueblo judío en el libro del Éxodo... Que estemos 40 años vagando por el desierto antes de llegar a algún sitio.

1 comentario:

Salva dijo...

Cuando a un adolescente le preguntas qué quiere ser de mayor, raramente contesta con un poco de criterio. Si somos realistas Pedro, los españoles tampoco sabemos qué queremos ser de mayores. Yo me conformaría con saber qué no queremos, quizás así sea más fácil.

Desde ese punto de vista me atrevo a decir que hay una gran mayoría que no quiere un país con un desempleo de un 20%, ni un país que derrocha su dinero público, ni un país con un monstruo funcionarial que no podemos mantener, ni un país que viva de la especulación y de los intermediarios.

Tampoco quiero un país con sectores privilegiados, ni quiero un país que haga de las subvenciones una forma de vida, ni un país que politice la justicia, etc, etc, etc.

Son muchas cosas las que no queremos, pero sencillas de relacionar y de priorizar. Comencemos por ahí. Es tiempo de esperanza!! (que no Aguirre)

Un saludo

Salva