Hace unos días leí, no recuerdo muy
bien donde, que últimamente había reaparecido el debate sobre la
posibilidad de que exista vida más allá de la Tierra. Por lo visto,
en algunos círculos científicos se había planteado que al
contrario de lo que se suele pensar, la probabilidad de que surja
vida es sumamente baja y que por tanto el caso de nuestro planeta
sería una excepción.
Dado el colosal tamaño no ya del Universo, sino de nuestra galaxia, es lógico pensar que, por muy improbable que fuera,
la vida tenía que haber surgido no sólo en la Tierra sino también
en muchos otros planetas. Yo mismo, tengo que confesar, tengo
instalado un programa (llamado SETI@home) del proyecto SETI para el análisis de señales
captadas con radiotelescopios que puedan contener transmisiones de
otras civilizaciones.
Además, si algo nos ha
enseñado la ciencia, es a darnos cuenta de lo poca cosa que somos.
Fueron Copérnico, Galileo, Kepler y, finalmente, Newton, quienes se empeñaron
en quitarnos el privilegio de ser el centro del Universo para dárselo
al Sol. Más tarde resultó que el Sol no es sino una más de entre
millones de estrellas que forman nuestra galaxia. Por si todo eso
fuera poco, finalmente, nuestra galaxia, a su vez, quedó relegada a
ser una más de entre los millones que se sabe que existen.
Como se puede ver, la visión que se ha ido imponiendo a base de evidencia observacional, es que no somos sino un minúsculo e insignificante punto, prácticamente invisible, en la inmensidad del Cosmos. A partir de ahí no es difícil suponer que tenemos tan poco de especial que lo más normal es que existan civilizaciones como la nuestra a lo largo de la Vía Láctea. Esta visión es la que se ha impuesto en nuestra cultura y para comprobarlo no hay más que ver películas como las de la Guerra de las Galaxias o series de televisión como Star Trek en las que aparecen multitud de civilizaciones.
Como se puede ver, la visión que se ha ido imponiendo a base de evidencia observacional, es que no somos sino un minúsculo e insignificante punto, prácticamente invisible, en la inmensidad del Cosmos. A partir de ahí no es difícil suponer que tenemos tan poco de especial que lo más normal es que existan civilizaciones como la nuestra a lo largo de la Vía Láctea. Esta visión es la que se ha impuesto en nuestra cultura y para comprobarlo no hay más que ver películas como las de la Guerra de las Galaxias o series de televisión como Star Trek en las que aparecen multitud de civilizaciones.
Pero ¿Qué pasaría si ese punto invisible fuera el único con una civilización? ¿Realmente cambiaría de nuevo la imagen que tenemos sobre nosotros mismos? ¿Qué consecuencias tendría en nuestro pensamiento filosófico? ¿Tendría interés para nosotros el continuar con la exploración espacial si supiéramos que el Universo es un lugar tan hostil hacia la vida que sólo en la Tierra ha tenido cobijo? Sé que no es una cuestión que le quite el sueño a nadie, aunque por desgracia, si que le ha costado la vida a alguno. Pero admitiendo esto, tengo que reconocer que en mi caso la idea de semejante soledad me causa cierta impresión.
NOTA: Aquí dejo enlaces a tres vídeos (dos de ellos en inglés) en donde se introduce el tema del tamaño del universo:
- Size of the Universe.
- Tamaño del Universo ¿Vida?
- The known universe.
NOTA: Aquí dejo enlaces a tres vídeos (dos de ellos en inglés) en donde se introduce el tema del tamaño del universo:
- Size of the Universe.
- Tamaño del Universo ¿Vida?
- The known universe.
5 comentarios:
Uno de los grandes problemas a la hora de pensar si estamos sólos o no (o, del optimismo sobre el tema), es además, creer que, no sólo somos el ombligo del mundo, sino que nuestro conocimiento de la física y química de la vida es completo. A menudo se oye lo de las "condiciones para la vida", o que la vida sólo pueda estar en un planeta "similar en cuanto a entorno a la tierra", y me hace gracia que, con todo el conocimiento que hemos adquirido, no seamos capaces de asumir que es posible que existan muchas cosas (física, química) que aún no conocemos y que permitirían la vida (otra clase de vida, quizá) en condiciones infinitamente diferentes a las que hay en la tierra.
La ecuación de Drake es un buen ejemplo de ello, y es válida sóla y únicamente para una "vida" similar a la nuestra (o, a la historia de la nuestra), pero parece que Drake necesitaba que los humanos fueramos el ombligo del mundo y todo DEBA de ser como nosotros pensamos que es.
Es... exactamente como cuando pensábamos que eramos el centro del Universo y el Sol giraba en torno a nosotros :-)
Totalmente de acuerdo JCL. Sobre todo en lo que dices sobre el conocimiento del Universo. La astrofísica reconoce que la materia ordinaria es muy poca en relación a la materia y la energía oscura que se estima que son más del 90% del universo y de las que no tenemos ni idea de qué pueden ser o como se comportan.
Leete "Contacto" de Carl Sagan. La peli no vale, tiene que ser el libro. La mayor parte trata la reacción de la humanidad ante el descubrimiento de vida extraterrestre.
En mi opinión, que exista vida similar a la nuestra en el universo es muy razonable. Las leyes que rigen el universo son las mismas aquí que en una galaxia que este a 1000 millones de anos luz. Por tanto, por muy improbable que sea la existencia de la vida tal y como la conocemos, el numero de experimentos del universo por haber creado vida es tan infinitamente grande que seguro que hay condiciones similares en varios o muchos rincones de éste.
Pero para mí la cuestión no es esa. Para mí lo más importante es determinar la probabilidad de que dos civilizaciones choquen en el espacio tiempo. Dada la vastedad del universo tanto en el espacio como en el tiempo (ni siquiera seríamos capaces de concebirla), esa probabilidad tiende a 0. Un símil seria dejar en dos puntos al azar del desierto del Sáhara dos hormigas y esperar que en sus cortas vidas algún día se tropezaran. Teniendo en cuenta esta apreciación, creo que es irrelevante que exista o no vida en el universo, al menos similar a la nuestra.
Un abrazo.
Salva
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