miércoles, noviembre 09, 2011

Fútbol

Domingo, aunque uno no quiera seguro que se acabará encontrando con alguna noticia, crónica o titular que esté relacionado con deportes, bueno, mejor dicho, con el fútbol. Lunes, peor todavía. El lunes es ese día en el que los programas de deportes, perdón, los programas de fútbol, vienen precedidos por algo sin importancia a lo que antes se le llamaba en España "Telediario".

No hay forma de escapar de esto. Al menos que te vayas a vivir a otro país claro,  en ese caso elige bien, porque como acabes en Italia, bueno... Mejor irse entonces a otro país que, por favor, no sea Brasil. El caso es que hace unos años, cuando todavía en los equipos sólo podían jugar como mucho tres extranjeros (allá por la Edad Media), yo recuerdo que me gustaba ver algún que otro partido de la liga los sábados por la tarde-noche, y hasta me apetecía que hubiera de vez en cuando algún partido de la selección.

Ahora, sin embargo, que tenemos la liga de las estrellas, que somos campeones del Mundo y de Europa y que la selección juega como quisieran jugar todas los selecciones habidas y por haber, tengo que confesar que estoy completamente saturado de deportes, perdón, de fútbol. Debe ser que no veo interés suficiente en el tema como para que me estén bombardeando por televisión, radio y prensa (incluida la de Internet) con casi media hora de información deportiva, perdón, futbolística, de lunes a domingo.

Soy, debo reconocerlo, un bicho raro. En este país lo normal es que haya que saberse de memoria la alineación de su equipo preferido, que se tenga el suyo propio en la liga fantástica del Marca, que se conozca la trayectoria de los clubes que juegan en eso que ahora los periodistas, muy pedantemente por cierto, llaman "La Champions", y que, a ser posible, también se siga la trayectoria de segunda división para tener un mayor pedigrí futbolístico.

Yo sinceramente, si para ver un partido y pasarlo bien, (que creía que era de lo que se trataba), tengo que hacer semejante esfuerzo, prefiero hacerme objetor de conciencia. Con esta actitud luego me pasa lo que me pasa: Que si trato de meter baza en una discusión sobre deportes, perdón, sobre fútbol, dado el nivel, casi casi de doctorado, que reina en esa conversaciones, quedo como un perfecto ignorante, (al fin y al cabo como lo que soy).

No quiero hacer una soflama antifutbolística, ya digo que de vez en cuando me apetece ver algún partido. Es más, tampoco tengo nada en contra, ni mucho menos, de aquellos aficionados que viven con pasión ese deporte. Lo único que digo es que me gustaría que los noticiarios fueran eso, y no programas de dep... Perdón, de fútbol, que no me tomen el pelo con un partido del siglo cada tres meses y que por favor, que no sea obligatorio ver el Madrid-Barcelona para no ser un ciudadano de segunda. Creo que no es mucho pedir ¿no?

1 comentario:

Salva dijo...

Pedro, sinceramente creo que estás exagerando. No hablarías así si en vez de tratarse de fútbol se tratara de alguna de tus aficiones.

El fútbol como todos los negocios hace su oferta, si quieres consumes y si no, pues no. Exactamente igual que la basura de Telecinco, los reallity shows en los diferentes canales de TV, los debates de política de Intereconomía (o de la Sexta) o el Cuarto Milenio. Nadie obliga a nada ni nadie te va a mirar raro por hacerlo o dejar de hacerlo.

Por un momento me ha parecido que estaba escuchando a Sánchez Dragó, cuando le oí decir en una ocasión que cuando veía a alguien leyendo el Marca o el As era como encontrarse con un burro. Me hubiera gustado contestarle entonces y decirle que su maravilloso programa de literatura, cuyo nombre no recuerdo, ese en el que salía con otros contertulios opinando sobre novelas con las gafas apoyadas sobre la punta de la nariz, no lo veía ni Dios. Audiencia próxima a 0. Tampoco ve nadie los documentales de la 2, por muy interesantes que sean culturalmente hablando.

La gente tiene derecho a consumir lo que quiera, a ver los programas de televisión que le apetezca. Yo a veces miro la tele como el que mira una pared en blanco, de modo que me vale cualquier basura televisiva para hacerlo.

Simplemente porque me apetece descansar y no tengo ganas de estrujarme la cabeza viendo una película de esas que hay que estar concentrado para entenderlas (peor aún cuando es de esas de libre interpretación) o simplemente porque me sale de los huevos (perdón por el lenguaje).

Yo consumo fútbol con moderación, me gusta el espectáculo, me hace olvidarme de los problemas y de la rutina y me dejo transportar por su magia, que sin duda la tiene. Si no no lo verían millones y millones de personas a lo largo del ancho mundo. Así que algo tendrá.

Un abrazo