sábado, enero 29, 2011

Por qué soy Republicano

Aquellos que me conocen saben muy bien de mi republicanismo. No es que sea una conversación muy común, pero tampoco es extraño que muy de vez en cuando se deje traslucir mi forma de pensar al respecto. Tengo que reconocer que cuando aparece este tema me es difícil expresar mis ideas de una forma ordenada y posiblemente ponerlas por escrito me ayude a expresarme con más precisión la próxima vez.

En España el tema república-monarquía  suele estar contaminado un tanto por la dualidad izquierda-derecha. Para los que sean de fuera de mi país y tengan la mala suerte de empezar a leer esto, hay que aclararles que la izquierda española ha sido la que con más insistencia ha defendido el republicanismo, mientras que la derecha se ha identificado con posiciones más pro-monárquicas.

Lo que tradicionalmente ha sido de una forma no implica que hoy en día continúe siendo exactamente igual. Actualmente hay sectores muy minoritarios de la derecha que se sentirían cómodos en un sistema republicano, mientras que en la izquierda, el Partido Socialista, el mayoritario en ese sector, ha gobernado durante dos periodos largos en España bajo el actual sistema monárquico.

Si os soy sincero no creo que el hecho de considerarme una persona de izquierdas (moderada) sea el factor condicionante para justificar mi forma de pensar al respecto. También me gustaría aclarar que no pretendo, ni mucho menos, decir que el actual sistema político que hay en mi país no es legítimo. El rey tiene tanta legitimidad para ocupar su puesto como la constitución que está en vigor. Una constitución que prevé los mecanismos necesarios para su propia modificación de una forma democrática, así que si el rey sigue ocupando la jefatura del estado no se puede decir que sea en contra de la voluntad popular. Por tanto para mí, actualmente, la monarquía española es un régimen legítimo aunque yo defienda la república.

Tampoco soy de los que critican a la monarquía por el gasto que representa para el país. Realmente no conozco la cuantía del presupuesto de la casa real, aunque podría haberme molestado en mirarlo, pero, sinceramente, aunque el coste de la monarquía fuera mucho menos, no cambiaría mi forma de pensar al respecto ya que no se trata de un tema monetario. Sí tengo que decir que me molesta el oscurantismo que existe con respecto al presupuesto real, no en cuanto a la cantidad absoluta, sino en el detalle de en qué emplea el rey el dinero que recibe a través de los presupuestos. Como ciudadano tengo todo el derecho del mundo a saber cómo se gasta el dinero público aportado por los impuestos de todos.

Desde luego mi republicanismo no tiene nada que ver con la vida personal de los miembros de la familia real. Con cierta frecuencia se pueden oír acusaciones veladas sobre la vida privada de los reyes, los príncipes o las infantas. Obviamente la institución monárquica, por su propia naturaleza, mezcla un tanto la vida personal con la institucional, ya que los familiares del rey ocupan puestos en la línea de sucesión a la corona, pero más allá de eso, el interés que tengo por qué hacen fuera de sus actividades oficiales es nulo y desde luego no me importa en absoluto si son mejores o peores maridos/esposas, hijos o padres.

Tampoco contemplo como razón de peso para rechazar la monarquía aquella que dice que su función es nula y como mucho meramente testimonial y protocolaria. Lo cierto es que un régimen democrático un rey no puede tener ningún poder político real o de lo contrario estaríamos hablando de un estado que no es totalmente lo que dice ser (democrático).  También hay que tener en cuenta que existen repúblicas, como por ejemplo la alemana, donde el jefe del estado tiene atribuciones parecidas a la de un rey, salvo por el hecho de que es un cargo electo y con una duración limitada en el tiempo por la ley y no por la biología.

Bueno, aclarado todo lo anterior ¿Cuál es el principal motivo por el que soy republicano? La verdad es que me es un poco complejo de explicar:

Para empezar tengo que decir que, según yo creo, uno de los principales principios por los que se debería regir un Pueblo es el de la igualdad de derechos y oportunidades para todos sus miembros. Los ciudadanos deben tener las mismas oportunidades, los mismos deberes y los mismos derechos sin importar ninguna consideración sobre edad, sexo, religión, tendencia política etcétera.

Para mí, tan importante como lo anterior, es que dentro de una sociedad se promueva el esfuerzo personal como el principal medio de progreso tanto propio como colectivo. Es el trabajo entendido en un sentido amplio y que incluye, tal y como yo lo veo, la formación, el voluntariado social, etcétera, lo que hace realmente avanzar a un Pueblo.

Está claro que un sistema monárquico encaja poco con la igualdad de los ciudadanos. Por definición, una monarquía crea un grupo (normalmente muy reducido) de ciudadanos con unos derechos de los que carece la mayoría. En una república, todos los ciudadanos tienen la posibilidad, al menos, de optar a la jefatura del estado, en una monarquía no. Aunque esta limitación pueda parecer en la práctica casi inapreciable para la vida diaria de una persona, lo cierto es que desde el punto de vista simbólico establece una división innecesaria y recorta los derechos políticos de los ciudadanos de una forma totalmente injustificada una vez que, hace ya siglos, se ha demostrado la viabilidad de los sistemas republicanos en muchos países con regímenes democráticos.

Con respecto al valor del esfuerzo, obviamente el hecho de que una persona sea proclamada rey no depende de sus cualidades demostradas durante una larga carrera profesional, política o académica, por poner tres ejemplos. La razón fundamental por la que una persona se convierte en rey es, casi siempre, por ser hijo del monarca anterior o, caso de que éste no haya tenido descendencia, por ser su pariente más próximo.

Se puede argumentar que los actuales príncipes herederos de las monarquías de países democráticos suelen ser personas que pasan por periodos de formación intensos y extensos y que por tanto el acceso al trono no es un regalo. Ciertamente casos como el español, donde el príncipe de Asturias puede mostrar un curriculum con estudios universitarios, másteres en el extranjero y formación en las tres academias militares del país, respaldan esa afirmación, pero no es menos cierto que el actual príncipe heredero lo es por ser el primogénito varón del actual rey, tal y como establece la constitución y que fue proclamado como tal a la edad de 18 años cuando todavía no había obtenido sus actuales títulos académicos.

Ojo, aquí me gustaría decir que no digo que el actual príncipe heredero no esté capacitado para ser rey. Desde luego ha sido bien preparado para eso y no creo que se le pueda poner un pero. Tampoco digo que no esté legitimado para serlo, insisto en que tiene la misma legitimidad que tiene la actual constitución. Lo que digo es que lo que la constitución establece es que será rey por ser hijo del monarca que le precede, sea el esfuerzo que ha dedicado para convertirse en un buen jefe de estado, mucho (como parece ser) o poco.

Por tanto por coherencia con mis propios principios no puedo preferir la monarquía sobre la república cuando ambas se establecen sobre sistemas democráticos. Una democracia republicana sí que encarna plenamente el principio de igualdad que yo defiendo, ya que todos los ciudadanos tienen el mismo derecho a ocupar la jefatura del estado, en una monarquía no. En una república, el jefe del estado normalmente tiene que haber, por lo menos, ganado unas elecciones, tiene que someterse al escrutinio de la voluntad popular y, generalmente, tendrá que haber demostrado su validez, es decir, convertirse en presidente de una república requiere de esfuerzo, cosa que no es imprescindible para un heredero a la corona.

Estos son los dos principales motivos por los que defiendo la república. Puede que parezcan obvios o fútiles pero para mi son básicos. Tengo otras razones adicionales que me refuerzan en mi convicción, pero ya me ha salido una entrada demasiado larga como para continuar. Otro día quizás me anime y escriba sobre ellas.

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