jueves, febrero 05, 2009

Comisión de ¿investigación?

Pensaba escribir sobre todo este asunto de espías y espiados en la Comunidad de Madrid y después de la gloriosa intervención de Esperanza Aguirre en la Asamblea Regional me quedo aún más perplejo de lo que ya estaba.
La Presidenta de Madrid es de esas personas que piensa que todos los ciudadanos que optan por el Partido Socialista sea simplemente votándole, sea militando en él, son poco menos que un dechado de vicios porque sino no se explica semejante saña por todo aquél que piense de manera distinta a como ella lo hace. Yo, por naturaleza desconfío de la gente así, me da igual si son de derechas, de izquierdas, o de centro reformista y mega-guay de la muerte.
También es posible que para esta Señora todo aquello que se interponga en su ansia de poder simpelente merezca, según ella, ser machacado... Decidan ustedes, en cualquier caso más razón para no fiarse un pelo.
Bueno, no voy a dedicarle más tiempo a esto y voy a tratar de volver a lo que pensaba decir en un principio sobre las garantías de transparecia política que hay en este país. Conste que me voy a centrar en la parte de las responsabilidades políticas ya que lo que corresponde a la Justicia merecería otra entrada mucho más compleja y que, quién sabe, en algún momento puede que aborde.
Empiezo recordando lo que pasó hace unos días: El Partido Popular liquidó la investigación interna que llevaba a cabo sobre la información publicada por el diario "El País" sobre una presunta trama de espionaje poco después de que Esperanza Aguirre autorizara la investigación en el Parlamento Madrileño mediante la pertinente Comisión.
Jugada redonda, hay que decir. La razón es muy sencilla, las indagaciones que se estaban llevando a cabo dentro del Partido Popular no podían ser controladas por la lideresa, sin embargo, el Parlamento es otra cosa. Estamos acostumbrados a que los diputados se comporten como simples lacayos de lo que se decide en la dirección de los partidos y esto es así porque si alguien se revela contra el todopoderoso aparato de un partido está cabando su tumba política, no importa lo buen político que sea, como dijo Alfonso Guerra: "el que se mueva, no sale en la foto".
En un sistema tan esclerótico e inflexible como el español para ser diputado tienes que entrar a formar parte de una lista de un partido, obviamente, además, tienes que estar dentro de los puestos de "salida" es decir, en las primeras posiciones y para conseguir todo esto tienes que ser elegido por los órganos de dirección o por el dirigente de turno.
Después, para aquellos que hayan conseguido la gloria del escaño, está la ferrea disciplina de voto, porque de lo contrario le caerá una multa por parte de su grupo parlamentario y se juega que, por muy contentos que puedan estar sus representados, sea descartado para la próxima lista del partido.
Con semejante control, pedirle a un diputado que haga una investigación rigurosa sobre sus jefes es casi casi un chiste sino fuera porque es para echarse a llorar. Por tanto que queréis que os diga, que realmente la posibilidad de que una comisión de investigación llegue a pedir responsabilidades políticas al gobierno, cuando éste tiene mayoría absoluta en la Cámara es tan probable como que me toque a mi la lotería que no compro ninguna semana.
Es evidente que Esperanza Aguirre puede estar tranquila, que sabe que en el Parlamento Madrileño no le buscarán las cosquillas. Así que sólo queda la invesigación judial, pero eso es harina de otro costal.
¿Cuál es la solución para conseguir que el parlamento sea más útil a los ciudadanos? Pues pasar a un sistema de lista abiertas y desbloqueadas o al menos a un sistema de listas desbloqueadas y en el que sean los militantes de los partidos elijan de manera directa a los candidatos y no las cúpulas directivas. Pero claro, eso exigiría que los partidos políticos más importantes se pusieran de acuerdo en renunciar a su poder, ¡je! hoy me está saliendo la entrada chistosa. Visto el panorama, dudo mucho que exista semejante altura de miras.
Yo, personalmente espero que los políticos empiecen a confiar en los ciudadanos y comiencen a transferir parte del poder que acumulan, sería un indicio claro de que nuestra democracia se va profundizando poco a poco, pero tengo la sensación de que podemos ir esperando sentados.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Pedro
!Excelente entrada!
Me ha hecho reir mucho.
no entiendo como es que no hay mas comentarios en tu bitácora.
Saludos